/ miércoles 31 de julio de 2024

Populismo de acuerdo con Kirk Hawkins

Hoy quisiera hablar de las investigaciones sobre el populismo del profesor Kirk Hawkins de la Universidad Brigham Young. La investigación que fue parteaguas en el 2009, sobre el populismo se titula Is Chávez Populist? Measuring Populist Discourse in Comparative Perspective. Es Chávez populista, midiendo el discurso político.

El trabajo del profesor Hawkins se enfoca en el populismo como discurso. El profesor Hawkins desarrollado una medida cuantitativa del discurso que hace posible la comparación entre paises y a través de la historia.

En la revisión de literatura el profesor Hawkins indica que el populismo es un discurso maniqueo que identifica el bien con la voluntad unificada del pueblo, y el mal con una elite conspiradora. Esta definición está asociada al posmodernismo. El populismo agrega una dimensión moral a todos los temas, aun en cuestiones técnicas, y lo interpreta como una lucha cósmica entre el bien y el mal. Hawkins cita que Hugo Chávez se refería a las elecciones como la lucha entre el bien y el mal. En Venezuela, El populismo utilizaba lo profano con lo divino al grado de decir que los que se identificaban con la revolución bolivariana, se identificaban con Cristo. En esta visión maniquea, se encuentra la voluntad del pueblo. Los individuos son soberanos, y tienen conocimiento perfecto de su interés colectivo. La voluntad del pueblo es la voluntad de Dios conforme con los populistas.

En el otro lado de la lucha maniquea se encuentra una elite conspiradora que quiere subvertir la voluntad del pueblo. El enemigo está identificado como el modelo de maldad, un superman amoral, siniestro, ubicuo, cruel, sensual y que les gustan los lujos. Y el populismo busca identificar el enemigo. Los lideres populistas no solo diabolizan la oposición, sino que la asocian con el complot internacional de fuerzas internacionales.

El populismo utiliza la metáfora del sistema viejo que fue tomado por las fuerzas del mal. Este conflicto no es cuestión de corregir ciertas políticas económicas erradas, sino todas las instituciones. Todas las instituciones deben ser recreadas, sino las fuerzas del mal se reagruparán para continuar la opresión.

Otro corolario del populismo es que “todo se vale”. Los derechos procedurales asociados con la democracia liberal, especialmente minorías se pueden violar para expresar la voluntad del pueblo. Las minorías dejan de tener legitimidad, ciudadanía y derechos humanos. Cualquier respeto que se otorgue a las minorías es un regalo generoso, en vez de que sea un imperativo moral.

En esta tesitura quisiera invitar a los académicos, estudiantes, políticos, empresarios y personas la sociedad civil a conocer los trabajos del profesor Hawkins

Es menester que aprendamos a reconocer el discurso populista, ya no es algo que se termina en una discusión política. El populismo causa graves estragos personales. Hay daño psicológico, cognitivo, y espiritual. Hay un sometimiento de la ética y la moral al sistema político. El populismo substituye el deber cristiano de ver a la otra persona con dignidad, con una filosofía que el fin justifica los medios.


Hoy quisiera hablar de las investigaciones sobre el populismo del profesor Kirk Hawkins de la Universidad Brigham Young. La investigación que fue parteaguas en el 2009, sobre el populismo se titula Is Chávez Populist? Measuring Populist Discourse in Comparative Perspective. Es Chávez populista, midiendo el discurso político.

El trabajo del profesor Hawkins se enfoca en el populismo como discurso. El profesor Hawkins desarrollado una medida cuantitativa del discurso que hace posible la comparación entre paises y a través de la historia.

En la revisión de literatura el profesor Hawkins indica que el populismo es un discurso maniqueo que identifica el bien con la voluntad unificada del pueblo, y el mal con una elite conspiradora. Esta definición está asociada al posmodernismo. El populismo agrega una dimensión moral a todos los temas, aun en cuestiones técnicas, y lo interpreta como una lucha cósmica entre el bien y el mal. Hawkins cita que Hugo Chávez se refería a las elecciones como la lucha entre el bien y el mal. En Venezuela, El populismo utilizaba lo profano con lo divino al grado de decir que los que se identificaban con la revolución bolivariana, se identificaban con Cristo. En esta visión maniquea, se encuentra la voluntad del pueblo. Los individuos son soberanos, y tienen conocimiento perfecto de su interés colectivo. La voluntad del pueblo es la voluntad de Dios conforme con los populistas.

En el otro lado de la lucha maniquea se encuentra una elite conspiradora que quiere subvertir la voluntad del pueblo. El enemigo está identificado como el modelo de maldad, un superman amoral, siniestro, ubicuo, cruel, sensual y que les gustan los lujos. Y el populismo busca identificar el enemigo. Los lideres populistas no solo diabolizan la oposición, sino que la asocian con el complot internacional de fuerzas internacionales.

El populismo utiliza la metáfora del sistema viejo que fue tomado por las fuerzas del mal. Este conflicto no es cuestión de corregir ciertas políticas económicas erradas, sino todas las instituciones. Todas las instituciones deben ser recreadas, sino las fuerzas del mal se reagruparán para continuar la opresión.

Otro corolario del populismo es que “todo se vale”. Los derechos procedurales asociados con la democracia liberal, especialmente minorías se pueden violar para expresar la voluntad del pueblo. Las minorías dejan de tener legitimidad, ciudadanía y derechos humanos. Cualquier respeto que se otorgue a las minorías es un regalo generoso, en vez de que sea un imperativo moral.

En esta tesitura quisiera invitar a los académicos, estudiantes, políticos, empresarios y personas la sociedad civil a conocer los trabajos del profesor Hawkins

Es menester que aprendamos a reconocer el discurso populista, ya no es algo que se termina en una discusión política. El populismo causa graves estragos personales. Hay daño psicológico, cognitivo, y espiritual. Hay un sometimiento de la ética y la moral al sistema político. El populismo substituye el deber cristiano de ver a la otra persona con dignidad, con una filosofía que el fin justifica los medios.