Nunca como ahora ha sido tan peligroso: García Márquez
El fortalecimiento de la libertad de expresión, de las instituciones y por consecuencia de la democracia, se debe en gran medida a la influencia de medios de comunicación libres y profesionales del periodismo.
Y cuando hablamos de profesionales del periodismo, salen a la luz los nombres de Gabriel García Márquez, Tomás Eloy Martínez, Javier Darío Restrepo, Julo Sherer García, José Pagés Llergo y Vicente Leñero, entre otros. Hay que aprender de sus consejos y de los peligros que ciernen sobre el periodismo.
En este espacio informativo vamos a presentar parte de ese gran legado que dejaron al mundo y que hoy es fundamental en la enseña de las principales universidades que tiene la carrera en periodismo. Claro, su conocimiento no es exclusivo y también lo toman los reporteros de “a pie” tan buenos, como los que pasan por las aulas.
El 20 de octubre de 1996, García Márquez ofreció la conferencia: El mejor oficio del mundo (publicada en El País) en la cual alertaba: “Nunca como ahora ha sido tan peligroso este oficio”. Y refería las “manipulaciones malignas”, los “equívocos inocentes o deliberados”, “los agravios impunes”, las “tergiversaciones venenosas”; entre ellas “el empleo desaforado de comillas en declaraciones falsas o ciertas”.
Hizo referencia a las grabadoras. “Un invento luciferino”. Con ellas, el periodista no presta atención porque cree que el magnetófono lo oye todo. “Y se equivocan: no oyen los latidos del corazón, que es lo que más vale en una entrevista”.
Ron Sheppard, periodista de la revista Time, hizo una entrevista al colombiano en la que no utilizó grabadora. Tomo notas en un cuaderno escolar. Pudo extraer de una plática, lo mejor del premio nobel de literatura y presentarla con claridad a sus lectores.
Gabo dio vida en 1994 a la Fundación Nuevo Periodismo, dedicada a mejorar la formación de periodistas iberoamericanos. El responsable del consultorio ética fue el periodista Javier Darío Restrepo.
Sobre los editores dijo: "Su trabajo es el más importante". Son quienes se encargan de la supervisión profesional de los textos. Son la cara del periódico. Incluso más importante que el papel del director.
Defendió lo que hay más allá de la noticia: el periodismo de la crónica o el reportaje. La gente, antes como hoy, conoce las noticias de inmediato por la radio o la televisión (máxime ahora con el Internet y redes sociales), pero buscará luego en el papel su verdadero significado.
El escritor colombiano más mexicano, tuvo grandes amigos, como Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis y José Emilio Pacheco. Fundó la cátedra Julio Cortázar en 1993 a fin de apoyar con becas a los nuevos escritores.
García Márquez se estableció en nuestro país en 1975, para luego escribir Cien Años de Soledad y aquí le avisaron que había ganado un Premio Nobel. Pero, nunca se olvidó de Aracataca, Colombia.
Su carrera en la literatura nació en la redacción de El Espectador en 1947. Ahí surgió la historia detrás de Relato de un Náufrago, una de las obras más famosas. También fue reportero en El Universal y El Heraldo. Corresponsal en Cuba, Francia y Nueva York,
Viajó a México en 1961 para trabajar en las revistas Sucesos y La familia. Hizo guiones de cine como el de la película El gallo de Oro, adaptación de un cuento de Juan Rulfo, y Tiempo de Morir, del cineasta mexicano Arturo Ripstein.
Durante su intervención en la 52 Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa, definió su pasión y el puntero de su vida literaria, el periodismo, como "el mejor oficio del mundo", ese que nunca dejó de practicar.
El 7 de octubre de 1996, Gabo enfatizó: "Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente".