/ viernes 8 de noviembre de 2024

México en la Encrucijada: Un Paso Hacia el Abismo del Autoritarismo

En el célebre relato de George Orwell, "1984", el mundo es un espejo sombrío de lo que ocurre cuando el poder se concentra sin controles efectivos. Hoy, México parece estar navegando peligrosamente cerca de un cauce similar, bajo el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum. A tan sólo dos meses de su gestión, el Congreso de la Unión protagoniza una serie de movimientos que, al igual que en "La Granja de los Animales" de Orwell, parecen socavar los cimientos de nuestra democracia.

El primer asalto al sistema democrático se presenta con una reforma constitucional que despoja a la Suprema Corte de Justicia de la Nación de su poder para revisar la constitucionalidad de los actos legislativos. Esta reforma podría compararse con la manipulación del lenguaje y la "neolengua" en "1984", donde se altera la realidad al eliminar la capacidad de cuestionarla. La nueva normativa pretende desarmar al Poder Judicial de cualquier herramienta para desafiar las acciones del Congreso, dejando sin voz ni voto real a quienes podrían objetar las decisiones del poder.

Por otro lado, se plantea una reforma del Poder Judicial que, bajo el pretexto de revestir al “pueblo” de todo el poder, introduce jueces leales al partido gobernante. Los futuros jueces, sin la experiencia o independencia necesaria, serán elegidos en un proceso controlado desde sus cimientos, una situación que resuena con la tiranía disfrazada de elección popular que Orwell tan magistralmente advirtió.

Este panorama autocrático avanza en detrimento de una oposición que, aun con el 45% de los votos, ha sido obligada a sentarse en la sombra. Las presiones y artimañas que alteraron la representación justa en ambas cámaras permitieron al oficialismo morenista jugar con la Constitución como si fuera un documento maleable a su antojo. La paradoja es evidente: los mismos personajes que prometen eliminar a los plurinominales se benefician de ellos para afianzar su control.

En este contexto, figuras como Adán Augusto López y Ricardo Monreal emergen como avatares del poder sin límites, desafiando incluso a la presidenta Claudia Sheinbaum. Sus acciones no sólo erosionan la legitimidad del gobierno, sino que también dibujan un futuro incierto para México en el ámbito global. La credibilidad del país se tambalea, amenazando su atractivo para los inversionistas y poniendo en riesgo oportunidades de desarrollo económico clave como el nearshoring.

La pregunta entonces es, si México se atreverá a seguir el camino señalado por Orwell, donde el poder absoluto corrompe absolutamente, o si despertará del letargo antes de que la oportunidad de rectificar se convierta en un sueño imposible.

Ingeniero Civil, Senador del PAN por el estado de Chihuahua

En el célebre relato de George Orwell, "1984", el mundo es un espejo sombrío de lo que ocurre cuando el poder se concentra sin controles efectivos. Hoy, México parece estar navegando peligrosamente cerca de un cauce similar, bajo el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum. A tan sólo dos meses de su gestión, el Congreso de la Unión protagoniza una serie de movimientos que, al igual que en "La Granja de los Animales" de Orwell, parecen socavar los cimientos de nuestra democracia.

El primer asalto al sistema democrático se presenta con una reforma constitucional que despoja a la Suprema Corte de Justicia de la Nación de su poder para revisar la constitucionalidad de los actos legislativos. Esta reforma podría compararse con la manipulación del lenguaje y la "neolengua" en "1984", donde se altera la realidad al eliminar la capacidad de cuestionarla. La nueva normativa pretende desarmar al Poder Judicial de cualquier herramienta para desafiar las acciones del Congreso, dejando sin voz ni voto real a quienes podrían objetar las decisiones del poder.

Por otro lado, se plantea una reforma del Poder Judicial que, bajo el pretexto de revestir al “pueblo” de todo el poder, introduce jueces leales al partido gobernante. Los futuros jueces, sin la experiencia o independencia necesaria, serán elegidos en un proceso controlado desde sus cimientos, una situación que resuena con la tiranía disfrazada de elección popular que Orwell tan magistralmente advirtió.

Este panorama autocrático avanza en detrimento de una oposición que, aun con el 45% de los votos, ha sido obligada a sentarse en la sombra. Las presiones y artimañas que alteraron la representación justa en ambas cámaras permitieron al oficialismo morenista jugar con la Constitución como si fuera un documento maleable a su antojo. La paradoja es evidente: los mismos personajes que prometen eliminar a los plurinominales se benefician de ellos para afianzar su control.

En este contexto, figuras como Adán Augusto López y Ricardo Monreal emergen como avatares del poder sin límites, desafiando incluso a la presidenta Claudia Sheinbaum. Sus acciones no sólo erosionan la legitimidad del gobierno, sino que también dibujan un futuro incierto para México en el ámbito global. La credibilidad del país se tambalea, amenazando su atractivo para los inversionistas y poniendo en riesgo oportunidades de desarrollo económico clave como el nearshoring.

La pregunta entonces es, si México se atreverá a seguir el camino señalado por Orwell, donde el poder absoluto corrompe absolutamente, o si despertará del letargo antes de que la oportunidad de rectificar se convierta en un sueño imposible.

Ingeniero Civil, Senador del PAN por el estado de Chihuahua