/ jueves 17 de octubre de 2024

La columna

  • López Obrador dejó “la víbora chillando”.

  • La realidad apremia; la labor para el rescate de México debe comenzar.


La coloquial frase “dejar la víbora chillando”, se usa para referirse a aquella persona que luego de armar una gresca se retira del escenario, sin afrontar las consecuencias. Esto está pasando en México, a raíz del desempeño del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien impuso una reforma al Poder Judicial, a contrapelo del sentido común, la razón y los principios jurídicos, democráticos y liberales (división de poderes) que definían a nuestra Constitución, y la organización del Estado Mexicano -con el carácter de República Democrática-.


Sí, dicha reforma ha crispado al país, y tiene confrontados a los poderes Ejecutivo y Legislativo contra el Judicial, pues mientras la mayoría de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación analiza la posibilidad de frenar dicha reforma, en un último intento por impedir la demolición totalitaria del andamiaje jurídico-político del país, la presidenta Claudia Sheinbaum y los legisladores Gerardo Fernández Noroña y Ricardo Monrreal se empeñan en ejecutar a ultranza la pretendida reforma que les endilgó su líder moral, el ahora expresidente.


La profunda polarización social provocada de manera intencional, así como el desorden derivado de la rampante inseguridad pública, son otras de las consecuencias negativas que dejó la perversa negligencia de López Obrador, y de las cuales éste hoy se desentiende, al amparo de la confortable reclusión en la que vive en Chiapas. Ni los más radicales apologistas de Andrés Manuel López Obrador pueden negar que éste dejó a México inmerso en una grave crisis -preludio de otras peores-,... ellos, y millones más, sabemos que dejó “la víbora chillando”.


Las inadecuadas condiciones en las que hoy se encuentra la vida pública de México, a consecuencia de la crisis constitucional, la polarización socio-política y la inseguridad resultantes del malintencionado desempeño del expresidente Andrés Manuel López Obrador, exigen la participación de ciudadanos, organizaciones de la sociedad civil y partidos políticos, para emprender el camino hacia la recuperación del poder público y el orden, mediante una oposición responsable y con argumentos.


La presidenta Sheinbaum no está dispuesta a dar al país un rumbo distinto, pues ha dicho que edificará el segundo piso de la llamada Cuarta Transformación, y que nada impedirá la reforma al Poder Judicial -iniciada por su padrino e inmediato antecesor-, cuyos lesivos efectos jurídicos, políticos, económicos y sociales significan una grave regresión contra nuestra Constitución, derechos y libertades.


Las circunstancias apremian; urge poner planes en acción. Cada vez deben ser más frecuentes y mayores los señalamientos, críticas y posicionamientos públicos por parte de actores políticos, analistas políticos, periodistas, ciudadanos y líderes sociales, respecto a los desaciertos del actual régimen y las situaciones con las que una gran parte de los mexicanos no condescendemos -nadie puede obligarnos a vivir bajo el abuso y la opresión-. La elección del año 2027 es la oportunidad para iniciar el rescate de la patria y sus instituciones; pongamos ya manos a la obra.


carloshjaramillovela@yahoo.com

Miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua, A.C.



Maestro en Derecho Político y Administración Pública. Auxiliar de Dirección Ejecutiva de la JCAS.

carloshjaramillovela@yahoo.com


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