En julio de 2014 Morena logró constituirse como partido político, en 2015 participó en sus primeras elecciones federales, obtuvo sólo 35 diputados. ¿Quién iba a pensar que 10 años después Morena sería el partido político y movimiento social más grande de México y que los partidos mayoritarios de hace 10 años, hoy estarían por demás reducidos?
Estoy convencido que el PRI de Peña Nieto subestimó al presidente López Obrador, el PAN no sólo lo subestimaba, lo despreciaba, además ninguno de los dos partidos pensaba que AMLO pudiera crecer. Pienso que si hubieran querido, habrían evitado la conformación de Morena, tenían el control del INE, sin embargo pensaron que sería mejor tenerlo acotado, contenido en la dinámica de poder de controlar un partido político.
Que equivocados estaban, no conocían el espíritu de lucha de Andrés Manuel López Obrador, ante la falta de recursos y cobertura de los medios de comunicación, se dedicó a recorrer el país varias veces, se puso a trabajar en construir una base territorial honoraria y decidida en un cambio radical en la vida pública; desde esa base construyó una súper estructura nacional, tuvo tanto acercamiento con los mexicanos a lo largo y ancho del país que terminó mimetizándose con ellos, entendiéndolos, queriéndolos, haciendo suyos los problemas de los ciudadanos.
En el 2017 decidió fortalecer aún más el movimiento e invitó a firmar un documento a todos aquellos que se quisieran adherir a su proyecto de Nación, con esto aseguraba el crecimiento que necesitaba para ganar la Presidencia de la República.
En 2018 ya como candidato a la Presidencia de la República López Obrador inició su campaña con una credibilidad nunca antes vista, la amenaza de que “era un peligro para México” se había desvanecido, los que se suponía “habían salvado” a los mexicanos, no lo hicieron bien, la gente no sintió una mejoría, al contrario las condiciones de vida empeoraron para la mayoría, las llamadas reformas estructurales evidenciaron la alianza entre PRI y PAN, además que sólo otorgaron beneficios para unos cuantos y para compañías extranjeras.
Lo que Andrés Manuel había dicho desde 12 años antes, se comprobó, los mexicanos empezaron a creer en sus propuestas, en cómo iba a ahorrar dinero atacando a la corrupción, cómo iba a destinar recursos para obras y programas sociales, se empezó a generar esa conciencia colectiva. Ya les habían fallado pero qué más daba ¿el riesgo de otra traición?… no lo sentían así, algo había en ese hombre que les decía que sí iba a cumplir.
Obtiene un triunfo por demás contundente y empieza a cumplir. Programas sociales para los mexicanos que hoy en día llegan casi a los 28 millones de mexicanos que reciben un apoyo directo por parte del Gobierno Federal, con esto se logró que 9 millones de personas salieran de la pobreza. Pero no sólo alcanzó para eso, se construyó el aeropuerto de Tulum, el Tren Maya, el aeropuerto Felipe Angeles, el corredor del Istmo de Tehuantepec, se adquirieron 13 centrales de energía eléctrica con un valor de 6 mil millones de dólares, caminos artesanales en lugares históricamente olvidados, terminación del tren México-Toluca, la imponente refinería Dos Bocas, aunque la oposición prefiere seguir comprando en el extranjero, algo así como exportar naranjas e importar jugo de naranja.
En fin, la gente vio que el dinero se invirtió y rindió, sobre todo nuestros adultos mayores que hoy se saben valorados y atendidos con las pensiones que reciben, los jóvenes que hoy se capacitan y trabajan en las más de 600 mil empresas registradas en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, las promesas se cumplen y el presidente López Obrador cumplió, por eso el cariño de la gente se siente y también por eso los mexicanos se volcaron en las urnas con 36 millones de votos de todas las clases sociales. Se autoengaña quien niegue que es el presidente más querido en la historia reciente.
Se le va a extrañar!
Hasta siempre PRESIDENTE!!
Lic. en Derecho, Diputado Federal por el Distrito IV