En la columna anterior, concluí con la frase “hacer las paces con la naturaleza” y el día de hoy quiero empezar con esta misma, para compartirles lo que implica y representa hacer las paces con la naturaleza.
La Organización de las Naciones Unidas, dentro de sus múltiples programas y estrategias para atender e impulsar la agenda 2030 para el desarrollo sostenible, tiene lo que se conoce como Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y éste, en 2021, emitió un informe de síntesis que se titula “Hacer las paces con la naturaleza” un plan científico para hacer frente a las emergencias del clima, la biodiversidad y la contaminación, es decir, a la triple crisis planetaria.
La humanidad ha declarado la guerra a la naturaleza, algo tan insensato como suicida. Las consecuencias de nuestra temeridad ya están provocando sufrimiento humano, importantes pérdidas económicas y un aceleramiento de la erosión de la vida terrestre. Poner fin a esta guerra no supone una renuncia a los logros en materia de desarrollo que tanto ha costado conseguir ni a las aspiraciones legítimas de las naciones y personas más pobres a disfrutar de un mejor nivel de vida. Al contrario, hacer las paces con la naturaleza, garantizar su salud y aprovechar los beneficios —tan esenciales como infravalorados— que aporta resulta fundamental para lograr un futuro próspero y sostenible para todos.* Actualmente nos encontramos lejos de cumplir el Acuerdo de París, ninguno de los ODS se ha cumplido plenamente, la generación de residuos sigue impulsando el cambio ambiental global, la creciente degradación ambiental y de los recursos obstaculiza que las ciudades y los asentamientos humanos sean seguros, resilientes y sostenibles. Estamos en una columna, donde la base, que son los recursos naturales y los servicios ecosistémicos que nos brindan, están seriamente amenazados y en riesgo, en el segundo nivel y de manera contraria, los sistemas de producción y consumo están en peligro, porque por un lado, empiezan los modelos sostenibles pero por el otro y aún en su mayoría, están los modelos tradicionales e insostenibles y éstos al encontrarse en el centro de la columna, tienen un doble efecto, es decir, afectan al nivel base con un aprovechamiento de los recursos, pero también al nivel superior, que es donde se encuentra el bienestar de la humanidad y cuando el nivel 2 genera más residuos, emisiones y descargas, la calidad de vida y el bienestar social disminuye; y finalmente, este último nivel, afecta e incide en los dos niveles abajo, porque es el nivel que puede hacer un manejo, sostenible o insostenible; aquí es donde se pueden detonar las políticas públicas integrales y que nos lleven hacia un desarrollo resiliente y adaptado, es decir, sostenible; continúa…
*Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (2021). Hacer las paces con la naturaleza: Plan científico para hacer frente a las emergencias del clima, la biodiversidad y la contaminación. Nairobi. https://www.unep.org/resources/making-peace-nature
Líder de sustentabilidad y medio ambiente de Chihuahua Futura.
Profesora en la Facultad de Zootecnia y Ecología de la UACh. Integrante de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua A.C.
dgonzalezl@uach.mx