En esta época de conectividad e informática, aun muchas personas confunden la adulación, con la motivación; así que, cuando alguien le halaga desmedidamente, se deleita y considera que una simple felicitación “merece”, a cambio un incentivo.
La adulación no es sincera, ya que siempre se busca un beneficio, para quien está adulando.
En contra de lo que es la adulación, el elogio es algo sincero. Habla de lo que realmente apreciamos de la otra persona, sin ningún interés personal; por lo que cuando se elogia a alguien, le estamos dando a conocer, que es consciente de sus cualidades y habilidades.
Recordemos que la adulación es muy antigua, ya que surge de forma paralela, desde que se tiene consciencia de ejercer el poder y acaparar riqueza, se define simplemente como “alabar” para conseguir intereses personales.
Por otra parte, es importante saber, que motivar es diferente a adular. La motivación es positiva, ya que no solo se felicita a alguien, cuando hace bien su trabajo o una tarea asignada.
Pero esto, tampoco es nada nuevo, ya que es natural que todos los humanos, necesitemos un reconocimiento y un halago.
El problema es determinar la delgada línea que separa el halago de la adulación.
Siendo lo mismo en apariencia, solemos definir la adulación como una conducta patológica y/o malintencionada de quien halaga falsamente, sin realmente pensarlo o sentirlo, a fin de manipular y obtener ventajas de la persona a la que adula.
El adulador mal intencionado intuitivamente detecta esto en algún superior de rango o jefe, dentro de una organización y empieza a halagarlo, con el fin de obtener ganancias secundarias; esto se conoce como -mediocrización- que por supuesto deteriora laeficacia de una empresa.
De acuerdo a especialistas, “adulados y aduladores” son dos formas complementarias de,corrupción y de patología de la personalidad, que podrían generar, severos problemas en una empresa o negocio.
Ejemplos de cómo desafortunadamente, muchas veces, la mediocridad triunfa y el profesionalismo puede quedar relegado.
Contrariamente a las personas sanas, que disfrutan del halago y la reafirmación, las personas con baja autoestima, necesitan la adulación enfermizamente.
Curiosamente el adulado, es aquella persona que asciende en la escala organizacional a través dediversas artimañas, quien además toma poses de gran ejecutivo, autoritario y dictaminador, pero en el fondo de su subconsciente, ejerce la mediocridad aparentando lo contrario.
Incluso, puede aparentar talentos que, por supuesto no tiene, olvidando por completo la esencia del ser humano en lo profesional, en lo emocional y en lo espiritual.
Además, el adulado, necesita una permanente reafirmación de su endeble ego.
Interesante saber, que el adulado es fanático y al mismo tiempo enfermizo, además es adicto de la aprobación ajena y de la aclamación rotunda.
El adulado “cree tener el poder”, pero en realidad el poder lo tiene el adulador, que es su contraparte y su complemento.
Frente a este escenario, prevalece la hipocresía y la falsa sumisión, así como la mediocridad.
De tal forma, que el pensamiento y la reflexión, no existen en el adulador, ya que no piensa, ni siente, con tal de halagar el ego del adulado, porque disfruta manipulándolo a la vez que obtiene impresionantes ganancias al hacerlo.
En algunas ocasiones, sucede que el adulado no aprende, o no le interesa aprender, por lo que eltrabajo sobre cualquier tema elegido, lo desconoce, razón por la que siempre necesita una multitud de “asesores”. Incluso de una forma constante necesita ayuda, o mínimo un instructivo básico para armar un rompecabezas de tres piezas o como dormir a un bebé.
Así que estimado lector, lo más recomendable es evitar ser presa del egoísmo, la egolatría, el narcisismo, la vanidad, la soberbia, y el sentimiento de superioridad, todos estos antivalores, los cuales tienen un papel determinante, entre aduladores y adulados.
Porque siempre estamos rodeados de aduladores, cuyo propósito es obtener un beneficio; así que, en estos tiempos de informática, es todo un espectáculo, observar el verdadero ejercicio político de la lisonja y el halago, donde el adulador lo ejerce, con el único propósito, de ganar la apreciación y voluntad del adulado.
Bueno, tal vez estoy exagerando, o. posiblemente estos personajes entre “adulados y aduladores” son de otro planeta.
¿Será cierto?