Después de varios meses de dimes y diretes, esta semana por fin pudimos ver concentrados a los candidatos para gobernador del Estado grande; y lo que anunciaba ser un momento propicio para rebasar en la contienda o imponerse de manera arrasadora mediante la técnica del debate, nos dejó con el sentir de que pudo ser mejor.
Un punto a notar, es que todos los candidatos arremetieron contra Loera, como un bloque muy claro de que en Chihuahua no se quiere vivir bajo el servilismo de MORENA y de que no se le perdona el hecho de que se doblegó vergonzosamente ante los deseos de MALO y contribuyó en la entrega del agua de Chihuahua a los gringos, causando una profunda herida a los campesinos chihuahuenses.
Sin embargo, este tema no fue en materia de argumentos lo suficientemente explotado; cuando se hablaba del asunto, los candidatos lo hacían con pequeñas ráfagas de: ‘‘Sí, sí, pero tú apoyaste el saqueo del agua en Chihuahua’’. La idea quedaba en el aire y aún con el corto tiempo que tenían, con una mejor preparación habrían sepultado irremediablemente al morenista.
Lo mismo ocurrió con el tema de la vinculación a proceso que enfrenta Maru Campos y la audiencia pendiente que tiene con la fiscalía anticorrupción. Al que más le podía servir este tema era al Caballo Lozoya, tanto lo había usado en sus videos y publicaciones; pero estaba tan preocupado por lucir y subir en las encuestas que se olvidó de formular argumentos duros y precisos que pudieran cambiar la intención del voto. Además, hay que agregarle que su tono de voz era chocante y no conectó con la ciudadanía. Era su única oportunidad para meterse en la pelea y la perdió.
El destollo fugaz fue Brenda Ríos; su participación fue buena, pero nada más. Tenía buenas ideas y cuando se alejaba del guion para salir a improvisar resultaba ser bastante convincente. Pero más allá de estos destellos, aún le falta categoría y experiencia para poder ser gobernadora de nuestro Estado.
El candidato del PES fue otro personaje que llamó la atención, a mi juicio, el que entendió mejor en qué consiste un debate. Sí estuviéramos en un concurso escolar, sin duda, estaría en la competencia por el primer lugar, por la habilidad que mostró para manejar los tiempos y el uso preciso de la réplica y contrarréplica.
Lo que nos quedó claro es que Maru Campos ganará las elecciones, y aunque decir que no tuvo un buen debate lastime susceptibilidades, lo cierto es que se vio fuera de sus casillas cuando le tocaron el tema de la corrupción y no hacía uso correcto de las réplicas y contrarreplicas. Hilaba dos que tres oraciones entre cortadas y se quedaba callada, haciendo evidente que no se sentía cómoda frente a esos señalamientos.
“Haiga sido, como haiga sido”, el debate no la puso en los apuros que se esperaban, porque realmente sus oponentes tampoco tenían las tablas argumentativas necesarias para explotar esa vulnerabilidad y fue evidente que se realizó un oficio político de acercamiento con los demás candidatos para convocar al famoso voto útil, lo que generó que sólo Loera y El Caballo le entraran al tema.
La declinación de Alejandro Díaz del partido Fuerza por México, en favor de Maru Campos Galván, es lo que marca el debate y lo que le otorga la victoria indiscutible a la candidata panista y borra las fallas discursivas que pudo haber tenido, porque hace énfasis en el voto útil contra MORENA.
Quién también estuvo en esa misma línea, aunque le faltó decirlo de manera expresa, fue la candidata del PRI, Graciela Ortiz. En el momento final de su exposición decidió irse en contra de MORENA y pedir a la ciudadanía que emitiera un “voto útil”, un voto que venza la amenaza lópez-obradurista y que evidentemente no se encuentra en ella, sino en Maru Campos.
En resumen, más allá de la poca habilidad argumentativa de los candidatos, lo que el debate nos deja como conclusión es que en Chihuahua no ganará MORENA.