/ jueves 10 de octubre de 2024

Deuda pública, un problema real

Uno de los temas usados para calificar mal al sexenio presidencial que acaba de terminar, es el crecimiento de la deuda pública federal. Efectivamente, esa deuda aumentó de 10.6 billones a 16.8 billones de pesos, 6.2 billones más en 6 años. O visto de otra manera, aumentó de 43.6% a 48.9% del PIB, 5.3 puntos porcentuales más, cabiendo aquí recordar que PIB es el valor de la producción anual del país.

La deuda pública aumentó en 6 años. Hay razón para preocuparse por tal aumento porque significa más pagos en los próximos años, que saldrán de nuestros impuestos.

México, como casi todos los gobiernos del mundo, tiene y ha tenido déficit público y por ello deuda pública de distintas magnitudes. Una alta deuda pública compromete el gasto social y las inversiones públicas futuras por los intereses que se pagan por ella; también dificulta recibir nuevos financiamientos.

La deuda pública aumenta porque el gobierno gasta más dinero del que recauda o, visto a la inversa, recauda menos de lo que gasta, lo que genera un déficit en las finanzas públicas que obliga a contratar deuda pública en el país o fuera del país, debiendo pagar por eso adeudo cantidades significativas en los años siguientes.

Para no incurrir en más deuda pública, el gobierno debe gastar menos o recaudar más. Gastar menos en sus gastos propios de operación, en las transferencias que hace al público como subsidios o prestaciones económicas sociales, y/o en inversiones en obras públicas. Recaudar más aumentando los impuestos o cobrando a los que evaden pagar los impuestos que deben pagar.

El gobierno de AMLO decidió no subir los impuestos, sino evitar el no pago de impuestos por las empresas y personas obligadas a pagarlos. Y a la vez, disminuir el gasto público llamado “suntuario”, los grandes sueldos y gastos de los altos funcionarios públicos. La evasión fiscal se combatió con mayor vigilancia sobre las finanzas de las empresas y las personas físicas de mayores ingresos que suelen ser los que no suelen pagan los impuestos que les corresponde pagar. Los gastos suntuarios se combatieron, reduciendo o no aumentando los sueldos y gastos y persiguiendo la corrupción pública.

Comparar las deudas públicas de países con similitudes al nuestro, puede dimensionar mejor la visión del problema de la actual deuda federal de México, considerando siempre que cada país tiene características propias que inciden sobre las magnitudes de sus deudas públicas. En el año 2022, con datos del Fondo Monetario Internacional publicados, de 19 países de América Latina, 11 tenían mayor deuda pública que México como porcentaje de sus respectivos PIBs –Venezuela 134% de su PIB, Brasil y Argentina 85%, Bolivia 80%, El Salvador 75%, Costa Rica 64%, Belice 63%, Colombia y República Dominicana 60%, Uruguay 59%, Ecuador 58%, México y Panamá 54%. Otros 6 países tenían deudas menores: Honduras 49%, Nicaragua 44%, Paraguay 41%, Chile 38%, Perú 34% y Haití 24%. También observar que la deuda pública de Japón equivale al 255% de su PIB, la de Italia a 137%, EUA a 121%, Francia 111% y España 198% de sus PIBs.

Vista así y con otros factores favorables, como el aumento de la inversión extranjera y las exportaciones, la fortaleza de la moneda, el sostenido aporte de las remesas y otros más, la deuda mexicana es manejable todavía, pero debe evitarse su mayor crecimiento con más vigilancia fiscal y persecución de los evasores de impuestos.


Maestro en Ciencias Económicas, Consultor Privado en Economía y Recursos Naturales

purangachih@gmail.com