El análisis social es variado, hay que identificar actores, categorías, indicadores, fuentes de información, metodologías, teorías y contextos sociales, políticos, económicos e incluso culturales. El tema de regreso a clases, se ha convertido en un tema que se quiere explotar desde la visión de los vencidos y de la clase gobernante. Todos quieren opinar y a veces encontramos voces cegadas por la pasión, pero no en el análisis a profundidad.
Los actores de la historia serán los niños y jóvenes desde primaria y hasta preparatoria que regresarán a clases el próximo 30 de agosto, irán caminito a la escuela y con la bendición de sus padres para que reanuden un ciclo de formación personal. La escuela es un contexto de socialización de los niños y jóvenes, la cuestión cultural ahí se manejará desde perspectivas de lo que han aprendido en casa, con sus padres y sus hermanos. Deberán retomar su formación, la cual estaba trunca, incompleta, no por incompetencias sino por estilos de enseñanza aprendizaje que nos individualiza, es decir, que tenemos diferentes formas de aprender en lo individual.
En el plano nacional no se observan los aspectos de lo micro, el análisis de cada una de las regiones, indican comportamientos desiguales, diferentes, no inclusivos. Las campañas de vacunación con una o dos dosis, el comportamiento de la población en la aceptación y rechazo a la vacunación, las políticas públicas de los gobiernos locales y de los estados han marcado una diferencia en las tasas de mortalidad que se han observado a lo largo y ancho del país. ¿Porqué tratar de homogeneizar la entrada obligatoria de todos los estudiantes a nivel nacional si hemos sido testigos de las diferencias en cada comunidad y en cada estado? El regreso a clases no puede ser igual a nivel nacional.
Los docentes han sido preparados para dar clases presenciales, la gran mayoría se certificó para dar seguimiento en una modalidad no convencional, la virtual, sin embargo, no todos los estudiantes aprenden igual y no todos han tenido el mismo compromiso de aprender ni aprenden por igual en cada una de las modalidades, unos han mejorado, otros se estancaron y en el peor de los casos otros abandonaron o retrocedieron en sus estudios. Esas son las grandes diferencias que podremos observar en un análisis en el que debemos de profundizar.
¿Qué ha pasado en otras comunidades con el regreso a clases? La experiencia más cercana ha sido en los Estados Unidos. De primera mano, sabemos que los estudiantes tuvieron apoyos para conectarse a internet, obtuvieron equipo para desarrollar desde casa sus habilidades, tuvieron docentes que proporcionaron asesorías y consultorías en contenidos. Es decir, la brecha de desigualdades fue infinitamente menor para garantizar una educación para todos.
Sin embargo, para el regreso a clases, se han topado con casos donde al menor síntoma, los jóvenes y niños han sido aislados para proteger al resto de sus compañeros y docentes. El regreso ha sido paulatino, con casos contados de alumnos que han dado positivo y por ende, el peligro de infección aumenta, incluso, puede existir la posibilidad de contagiar a familias completas cuando uno de los hijos regresa a casa con el virus, sin darse cuenta.
Se da observa que no todas las escuelas y colegios pueden regresar a clases presenciales, muchas de ellas están sin servicios de agua, electricidad y conectividad a internet no sólo serán imposibles de operar, sino que deben extremar precauciones pues no hay servicio de enfermería, quien mida temperaturas, quien aplique gel, quien atienda los casos de un posible contagio exponencial.
Si debe haber un regreso a clases de manera gradual (primero los vacunados), en escuelas con todos los servicios, con agua y un equipo de apoyo a los docentes y administrativos. Que sea voluntario y hasta que el semáforo esté en verde. Debe haber un plan de regreso, no sólo un regreso masivo para evitar un contagio de rebaño que sature y colapse otra vez el sistema de salud que tenemos en el país.
El análisis social es variado, hay que identificar actores, categorías, indicadores, fuentes de información, metodologías, teorías y contextos sociales, políticos, económicos e incluso culturales. El tema de regreso a clases, se ha convertido en un tema que se quiere explotar desde la visión de los vencidos y de la clase gobernante. Todos quieren opinar y a veces encontramos voces cegadas por la pasión, pero no en el análisis a profundidad.
Los actores de la historia serán los niños y jóvenes desde primaria y hasta preparatoria que regresarán a clases el próximo 30 de agosto, irán caminito a la escuela y con la bendición de sus padres para que reanuden un ciclo de formación personal. La escuela es un contexto de socialización de los niños y jóvenes, la cuestión cultural ahí se manejará desde perspectivas de lo que han aprendido en casa, con sus padres y sus hermanos. Deberán retomar su formación, la cual estaba trunca, incompleta, no por incompetencias sino por estilos de enseñanza aprendizaje que nos individualiza, es decir, que tenemos diferentes formas de aprender en lo individual.
En el plano nacional no se observan los aspectos de lo micro, el análisis de cada una de las regiones, indican comportamientos desiguales, diferentes, no inclusivos. Las campañas de vacunación con una o dos dosis, el comportamiento de la población en la aceptación y rechazo a la vacunación, las políticas públicas de los gobiernos locales y de los estados han marcado una diferencia en las tasas de mortalidad que se han observado a lo largo y ancho del país. ¿Porqué tratar de homogeneizar la entrada obligatoria de todos los estudiantes a nivel nacional si hemos sido testigos de las diferencias en cada comunidad y en cada estado? El regreso a clases no puede ser igual a nivel nacional.
Los docentes han sido preparados para dar clases presenciales, la gran mayoría se certificó para dar seguimiento en una modalidad no convencional, la virtual, sin embargo, no todos los estudiantes aprenden igual y no todos han tenido el mismo compromiso de aprender ni aprenden por igual en cada una de las modalidades, unos han mejorado, otros se estancaron y en el peor de los casos otros abandonaron o retrocedieron en sus estudios. Esas son las grandes diferencias que podremos observar en un análisis en el que debemos de profundizar.
¿Qué ha pasado en otras comunidades con el regreso a clases? La experiencia más cercana ha sido en los Estados Unidos. De primera mano, sabemos que los estudiantes tuvieron apoyos para conectarse a internet, obtuvieron equipo para desarrollar desde casa sus habilidades, tuvieron docentes que proporcionaron asesorías y consultorías en contenidos. Es decir, la brecha de desigualdades fue infinitamente menor para garantizar una educación para todos.
Sin embargo, para el regreso a clases, se han topado con casos donde al menor síntoma, los jóvenes y niños han sido aislados para proteger al resto de sus compañeros y docentes. El regreso ha sido paulatino, con casos contados de alumnos que han dado positivo y por ende, el peligro de infección aumenta, incluso, puede existir la posibilidad de contagiar a familias completas cuando uno de los hijos regresa a casa con el virus, sin darse cuenta.
Se da observa que no todas las escuelas y colegios pueden regresar a clases presenciales, muchas de ellas están sin servicios de agua, electricidad y conectividad a internet no sólo serán imposibles de operar, sino que deben extremar precauciones pues no hay servicio de enfermería, quien mida temperaturas, quien aplique gel, quien atienda los casos de un posible contagio exponencial.
Si debe haber un regreso a clases de manera gradual (primero los vacunados), en escuelas con todos los servicios, con agua y un equipo de apoyo a los docentes y administrativos. Que sea voluntario y hasta que el semáforo esté en verde. Debe haber un plan de regreso, no sólo un regreso masivo para evitar un contagio de rebaño que sature y colapse otra vez el sistema de salud que tenemos en el país.