/ viernes 6 de septiembre de 2024

Antes que se nos olvide / Los falsos Mesías

Como he mencionado en anteriores artículos, el mandato de López Obrador ni fue tan malo como señalan sus detractores, pero tampoco fue tan bueno como dicen sus simpatizantes. Aun cuando López Obrador en su último informe lo pinta como el mejor sexenio de la historia, no fue así, seamos objetivos, fue similar a los anteriores, con aciertos y equivocaciones, como cuando canceló la construcción del aeropuerto en Texcoco y se malgastaron más de 70 mil millones de pesos por indemnizar a los contratistas. Claro, también tuvo buenas decisiones, como fue, una mayor fiscalización del SAT a grandes y pequeños contribuyentes, lo cual generó una recaudación importante. Se continuó con el apoyo a personas de la tercera edad. Así mismo, el Tren Maya fue una magna obra, que sin duda generará una importante derrama económica, sin embargo, ambientalistas han señalado que se dañó el ecosistema de la región, el tiempo dirá qué nivel de perjuicio hubo y si lo hay, tendrá que reconocerlo, algo que honestamente se ve muy complicado, pues como presidente, López Obrador, pocas veces aceptó sus errores, ante una crítica, inmediatamente fruncía el ceño y contragolpeaba, no digo que está mal que se defendiera, pero varias veces lo hizo sin fundamentos, o de repente le llegaban ideas extrañas a su cabeza y se metía en pleitos absurdos, que fueron empañando su imagen a nivel internacional, como cuando le pidió al rey de España y al Papa Francisco que se disculparan por las vejaciones ocurridas durante la Conquista o la vez. que no asistió a la Cumbre de las Américas, realizada en Estados Unidos, porque no fueron invitados sus “amigos”, los dictadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela, países donde se violentan los derechos humanos de manera brutal. Así mismo, ha tenido conflictos con el presidente de Ecuador y recientemente con el embajador de Estados Unidos en México, entre otros. Y claro, en México tuvo infinidad de desencuentros, por ejemplo, con la clase media mexicana a la cual llamó “aspiracionistas sin escrúpulos morales”. Luego la agarró contra la UNAM, diciendo que se volvió “derechista” y conservadora, culpando que no hicieron nada ante los saqueos de gobiernos anteriores. Después, contra la Iglesia Católica, acusándola de haber callado ante la brutal violencia en sexenios anteriores, esto lo hizo como respuesta, cuando el clero le pidió que cambiara su estrategia de “abrazos, no balazos”, luego del asesinato de dos sacerdotes en la sierra de Chihuahua. Además, pelea todos los días con medios y periodistas que osan criticarlo.

Este mandato agoniza y tal parece que morirá como empezó, un tanto arrogante, sin aceptar críticas, sin reconocer errores y sin la mínima intención de realizar una autoevaluación de manera honesta. Aceptar que fallaron en varios aspectos, sería darle la razón a los “neoliberales”, a la “mafia del poder”, quizá por eso, en su último informe, López Obrador señaló que se había logrado un sistema de salud superior al de Dinamarca, algo irrisorio, y todavía la gente le aplaudió, claro, al día siguiente, dijo que lo había hecho para enardecer a sus detractores, la cuestión es que lo dijo durante un informe presidencial, donde se supone debe mencionar datos reales, por supuesto, los presidentes anteriores quizá también echaron “mentiritas piadosas” durante sus respectivos informes, pero se supone que él era distinto a todos ellos. Así mismo, mencionó que la violencia y la inseguridad habían disminuido, ¿Otra mentirita como la de Dinamarca? tal vez sí, porque es bien sabido, que su mandato pasará a la historia por ser el de mayor número de homicidios, aun cuando prometió que en su sexenio no habría ni una sola masacre. Todo lo anterior confirma algo, en la política abundan los falsos Mesías.


Como he mencionado en anteriores artículos, el mandato de López Obrador ni fue tan malo como señalan sus detractores, pero tampoco fue tan bueno como dicen sus simpatizantes. Aun cuando López Obrador en su último informe lo pinta como el mejor sexenio de la historia, no fue así, seamos objetivos, fue similar a los anteriores, con aciertos y equivocaciones, como cuando canceló la construcción del aeropuerto en Texcoco y se malgastaron más de 70 mil millones de pesos por indemnizar a los contratistas. Claro, también tuvo buenas decisiones, como fue, una mayor fiscalización del SAT a grandes y pequeños contribuyentes, lo cual generó una recaudación importante. Se continuó con el apoyo a personas de la tercera edad. Así mismo, el Tren Maya fue una magna obra, que sin duda generará una importante derrama económica, sin embargo, ambientalistas han señalado que se dañó el ecosistema de la región, el tiempo dirá qué nivel de perjuicio hubo y si lo hay, tendrá que reconocerlo, algo que honestamente se ve muy complicado, pues como presidente, López Obrador, pocas veces aceptó sus errores, ante una crítica, inmediatamente fruncía el ceño y contragolpeaba, no digo que está mal que se defendiera, pero varias veces lo hizo sin fundamentos, o de repente le llegaban ideas extrañas a su cabeza y se metía en pleitos absurdos, que fueron empañando su imagen a nivel internacional, como cuando le pidió al rey de España y al Papa Francisco que se disculparan por las vejaciones ocurridas durante la Conquista o la vez. que no asistió a la Cumbre de las Américas, realizada en Estados Unidos, porque no fueron invitados sus “amigos”, los dictadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela, países donde se violentan los derechos humanos de manera brutal. Así mismo, ha tenido conflictos con el presidente de Ecuador y recientemente con el embajador de Estados Unidos en México, entre otros. Y claro, en México tuvo infinidad de desencuentros, por ejemplo, con la clase media mexicana a la cual llamó “aspiracionistas sin escrúpulos morales”. Luego la agarró contra la UNAM, diciendo que se volvió “derechista” y conservadora, culpando que no hicieron nada ante los saqueos de gobiernos anteriores. Después, contra la Iglesia Católica, acusándola de haber callado ante la brutal violencia en sexenios anteriores, esto lo hizo como respuesta, cuando el clero le pidió que cambiara su estrategia de “abrazos, no balazos”, luego del asesinato de dos sacerdotes en la sierra de Chihuahua. Además, pelea todos los días con medios y periodistas que osan criticarlo.

Este mandato agoniza y tal parece que morirá como empezó, un tanto arrogante, sin aceptar críticas, sin reconocer errores y sin la mínima intención de realizar una autoevaluación de manera honesta. Aceptar que fallaron en varios aspectos, sería darle la razón a los “neoliberales”, a la “mafia del poder”, quizá por eso, en su último informe, López Obrador señaló que se había logrado un sistema de salud superior al de Dinamarca, algo irrisorio, y todavía la gente le aplaudió, claro, al día siguiente, dijo que lo había hecho para enardecer a sus detractores, la cuestión es que lo dijo durante un informe presidencial, donde se supone debe mencionar datos reales, por supuesto, los presidentes anteriores quizá también echaron “mentiritas piadosas” durante sus respectivos informes, pero se supone que él era distinto a todos ellos. Así mismo, mencionó que la violencia y la inseguridad habían disminuido, ¿Otra mentirita como la de Dinamarca? tal vez sí, porque es bien sabido, que su mandato pasará a la historia por ser el de mayor número de homicidios, aun cuando prometió que en su sexenio no habría ni una sola masacre. Todo lo anterior confirma algo, en la política abundan los falsos Mesías.