/ viernes 23 de agosto de 2024

Antes que se nos olvide | El poder femenino

El 15 de agosto de 2024, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación otorgó a Claudia Sheinbaum la constancia que la acredita como presidenta electa de México, sin duda, es una fecha histórica, pues por primera vez en 200 años, una mujer tomará las riendas de México.

Imaginemos que, durante una reunión en el año 1950, alguien hubiese dicho que dentro de unos 70 años, una mujer ocuparía la silla presidencial, posiblemente la mayoría se habría burlado y hasta lo tildarían de loco, quizá con justa razón, pues como es sabido, la mujer no tenía derecho a votar, ni ser votada en esa época, era imposible pensar que una mujer sería presidenta de la nación. Sin embargo, algunas mujeres valientes, comenzaron a levantar la voz, pidiendo que se respetaran sus derechos, acrecentando la presión durante la campaña electoral de Adolfo Ruiz Cortines. Grupos feministas, liderados por Aurora Jiménez Quevedo, le exigieron que reconociera sus derechos cuando llegara a la presidencia, y así fue, en octubre de 1953, Ruiz Cortines promulgó las reformas constitucionales, para que las mujeres obtuvieran su derecho a la participación política, con esto, en julio de 1954, Aurora Jiménez se convirtió en la primer diputada federal en la historia de México. Posteriormente, en las elecciones federales de 1955, las mujeres pudieron votar por primera vez en nuestro país.

Este acontecimiento, acrecentó el interés femenino por la política, apareciendo más mujeres, como Macrina Rabadán, quien fue la primer diputada de oposición y Ana María Zapata, hija de Emiliano Zapata, que fue la primera diputada de Morelos, entre otras. Posteriormente en los años sesenta, la parralense Florentina Villalobos, se convierte en la primer diputada panista de la historia. El poder femenino se empezó a sentir, sin embargo, no eran tomadas en cuenta para integrar gabinetes presidenciales. Fue hasta 1976, en el mandato de López Portillo, cuando, Rosa Luz Alegría, es nombrada secretaria de Turismo, aunque hubo controversia, ya que su suegro era el presidente saliente, Luis Echeverría, pero por fin, figuraba una mujer entre los funcionarios de primer nivel. Continuaron demostrando su gran valía y en 1979, Griselda Álvarez, se convierte en la primer gobernadora de México, posteriormente, en 1982, por primera vez en la historia, hubo una candidata presidencial, Rosario Ibarra de Piedra, aguerrida defensora de los derechos humanos desde 1974, hasta su muerte en el 2022.

En nuestro estado, María Eugenia Campos, se convirtió en la primera gobernadora de la historia chihuahuense. La lucha ha sido complicada, máxime en un país tan machista y opresor, sin embargo, todas las mujeres mencionadas, no claudicaron hasta alcanzar la meta, demostraron que todo es posible. Su ejemplo le ha servido de motivación a más mujeres, formándose un círculo virtuoso. Pareciera que al menos en el aspecto político, el famoso “techo de cristal”, se ha roto. Aurora Jiménez Quevedo y todas las mujeres que la acompañaron durante su lucha en la década de los cincuenta, independientemente del partido que representa, estarían orgullosas y complacidas, por el triunfo de Claudia Sheinbaum, pues el poder femenino, que por mucho tiempo estuvo apagado, por fin se encendió en México.


Carlos Alberto Esparza Déister

Licenciado en Comunicación. Tesorero de la Asociación de Editorialistas. Coautor de diversos libros.

deispa2001@yahoo.es

Facebook: @Antes que se nos Olvide

esparzadeister@gmail.com


El 15 de agosto de 2024, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación otorgó a Claudia Sheinbaum la constancia que la acredita como presidenta electa de México, sin duda, es una fecha histórica, pues por primera vez en 200 años, una mujer tomará las riendas de México.

Imaginemos que, durante una reunión en el año 1950, alguien hubiese dicho que dentro de unos 70 años, una mujer ocuparía la silla presidencial, posiblemente la mayoría se habría burlado y hasta lo tildarían de loco, quizá con justa razón, pues como es sabido, la mujer no tenía derecho a votar, ni ser votada en esa época, era imposible pensar que una mujer sería presidenta de la nación. Sin embargo, algunas mujeres valientes, comenzaron a levantar la voz, pidiendo que se respetaran sus derechos, acrecentando la presión durante la campaña electoral de Adolfo Ruiz Cortines. Grupos feministas, liderados por Aurora Jiménez Quevedo, le exigieron que reconociera sus derechos cuando llegara a la presidencia, y así fue, en octubre de 1953, Ruiz Cortines promulgó las reformas constitucionales, para que las mujeres obtuvieran su derecho a la participación política, con esto, en julio de 1954, Aurora Jiménez se convirtió en la primer diputada federal en la historia de México. Posteriormente, en las elecciones federales de 1955, las mujeres pudieron votar por primera vez en nuestro país.

Este acontecimiento, acrecentó el interés femenino por la política, apareciendo más mujeres, como Macrina Rabadán, quien fue la primer diputada de oposición y Ana María Zapata, hija de Emiliano Zapata, que fue la primera diputada de Morelos, entre otras. Posteriormente en los años sesenta, la parralense Florentina Villalobos, se convierte en la primer diputada panista de la historia. El poder femenino se empezó a sentir, sin embargo, no eran tomadas en cuenta para integrar gabinetes presidenciales. Fue hasta 1976, en el mandato de López Portillo, cuando, Rosa Luz Alegría, es nombrada secretaria de Turismo, aunque hubo controversia, ya que su suegro era el presidente saliente, Luis Echeverría, pero por fin, figuraba una mujer entre los funcionarios de primer nivel. Continuaron demostrando su gran valía y en 1979, Griselda Álvarez, se convierte en la primer gobernadora de México, posteriormente, en 1982, por primera vez en la historia, hubo una candidata presidencial, Rosario Ibarra de Piedra, aguerrida defensora de los derechos humanos desde 1974, hasta su muerte en el 2022.

En nuestro estado, María Eugenia Campos, se convirtió en la primera gobernadora de la historia chihuahuense. La lucha ha sido complicada, máxime en un país tan machista y opresor, sin embargo, todas las mujeres mencionadas, no claudicaron hasta alcanzar la meta, demostraron que todo es posible. Su ejemplo le ha servido de motivación a más mujeres, formándose un círculo virtuoso. Pareciera que al menos en el aspecto político, el famoso “techo de cristal”, se ha roto. Aurora Jiménez Quevedo y todas las mujeres que la acompañaron durante su lucha en la década de los cincuenta, independientemente del partido que representa, estarían orgullosas y complacidas, por el triunfo de Claudia Sheinbaum, pues el poder femenino, que por mucho tiempo estuvo apagado, por fin se encendió en México.


Carlos Alberto Esparza Déister

Licenciado en Comunicación. Tesorero de la Asociación de Editorialistas. Coautor de diversos libros.

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