/ sábado 28 de agosto de 2021

Alto poder | En Chiapas nadie supo negociar con manifestantes

* AMLO deja su seguridad a un chef: Álvarez Icaza

* En Chiapas nadie supo negociar con manifestantes

* Sánchez Cordero reemplazará en el diálogo a Monreal Ávila

Ayer, la seguridad del Presidente de la República estuvo en riesgo durante su visita a Chiapas, donde un grupo numeroso de inconformes, durante más de dos horas, impidió que la camioneta en que viajaba avanzara para ingresar a la Séptima Región Militar en Tuxtla Gutiérrez, donde ofrecería su conferencia matutina.

Durante ese tiempo, Andrés Manuel López Obrador estuvo expuesto a un grupo de personas molestas, enojadas, resentidas que al primer llamado, habrían causado cualquier destrozo, lo cual afortunadamente no ocurrió.

Aunque se informó que los manifestantes pertenecían a la CNTE, también participaron en el bloqueo personal de salud despedidos, familiares de víctimas de feminicidio, concesionarios del transporte público y normalistas. Cada uno con un motivo legítimo para expresar su inconformidad.

Lo grave, es que dentro del campo militar se encontraban los secretarios de la Defensa Nacional y de la Marina, mientras que personal de la Ayudantía intentaba proteger al Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Pero, ¿qué originó este conflicto? Primero, que en 2018 AMLO se comprometió con el magisterio a echar atrás la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, a cambio de nada, lo que permite a la CNTE agregar a diario nuevas demandas y peticiones.

En segundo lugar, todos esos asuntos no aparecen de manera espontánea, por lo que el personal de la Secretaría de Gobernación debió estar alerta de que eso podría ocurrir y debió negociar previamente para evitar una protesta de este tamaño.

Esta ocasión, la ahora ex secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, estuvo ausente, ni sus colaboradores supieron calmar el clamor que magisterial que lleva años haciendo de las suyas, principalmente en Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

El senador independiente Emilio Álvarez Icaza escribió en Twitter:

“La seguridad del presidente es un asunto de seguridad nacional. ¿De qué sirve traer como edecanes personales a los titulares de @SEDENAmx y @SEMAR_mx y dejar su seguridad en un chef? Y no, no hay comparación con Mandela o Gandhi. Ellos no promovían la polarización.”

COMIENZA LA SEGUNDA MITAD PRESIDENCIAL

Se aproxima la mitad del mandato presidencial de Andrés Manuel López Obrador, quien busca protegerse por todos los flancos, porque viene el periodo más complicado, no sólo en cuanto a la aceptación popular que tanto le preocupa, sino a las trabas que (mañosamente) pone la oposición con la intención de que el mandatario saliente se tropiece y, de ser posible, se caiga.

La renuncia de Olga Sánchez Cordero a la Secretaría de Gobernación revivió la “rumorología” que tanto gusta a los adversarios, pues aprovechan para señalar supuestos debilitamientos, confrontaciones o disputas al interior del equipo presidencial.

Lo cierto es que la ministra en retiro respondió a los intereses de AMLO en la dependencia: recibía y frenaba cualquier conflicto que le ordenaba e, incluso, lo cubrió de manera magistral durante las mañeras, cuando López Obrador se aisló por covid 19.

La ahora exsecretaria es una mujer en edad avanzada, que a la menor provocación evocaba el recuerdo de su familia y sus nietos, a quienes extraña, porque el tiempo que le demandaba Gobernación era demasiado. Empero, lo que minó su fuerza y aceleró su desgaste emocional fue, sin duda, la negociación para sacar la ley secundaria para la revocación de mandato.

Ante la ciudadanía Sánchez Cordero fue bien vista, pero también duramente criticada porque, a pesar de que recibía a las víctimas en el ex Palacio de Cobián, donde les ofrecía solucionar el problema, al paso de los días regresaban a exigir el incumplimiento de los acuerdos, porque la autoridad encargada no había respondido como la ministra en retiro se había comprometido, tal y como ocurrió ayer en Chiapas.

La crítica más fuerte vino desde el interior. Ella misma la hizo pública el 20 de octubre del año pasado, cuando se quejó que durante las reuniones de seguridad se respiraba un aire machista que hacía “oídos sordos” a sus observaciones.

Ahora, en el Senado, Olga sabrá imponer el orden en las acaloradas sesiones que prevén en el próximo periodo legislativo, porque los legisladores le tienen mucho respeto.

¿QUIÉN SE VA Y QUIÉN SE QUEDA EN EL GABINETE?

Hasta hoy, en el gabinete lopezobradorista han ocurrido 13 cambios en el primer círculo del gobierno federal, de los cuales siete fueron renuncias, cinco enroques y un despido, mientras que una decena de sus colaboradores aún se mantienen.

Quienes continúan son Marcelo Ebrard en Relaciones Exteriores; Jorge Alcocer, en Salud; Alejandra Frausto, en Cultura; Miguel Torruco, en Turismo; Luis Cresencio Sandoval, en la Defensa; José Rafael Ojeda, en Marina; Luisa María Alcalde, en Trabajo; Román Meyer, en Desarrollo Urbano; Rocío Nahle, en Energía y Víctor Villalobos, en Agricultura.

Todos ellos se han mantenido, algunos desde las penumbras del anonimato y otros en el mero ojo del huracán político, siempre resistiendo con su propia estrategia y a pesar del fuego amigo.

Quienes más llamaron la atención al irse tras mostrar diferencias con el proyecto de la Cuarta Trasformación, han sido Carlos Urzúa, de Hacienda, y Javier Jiménez Espriú, de Comunicaciones.

Con la llegada de Adán Augusto López, gobernador de Tabasco, a la Secretaría de Gobernación, se proyecta una administración con mayor capacidad de negociación porque él, a diferencia de Sánchez Cordero, es un hombre de política que sabe dar y recibir para lograr el avance de acuerdos legislativos, que tanto requerirá el Presidente de la República y su partido Morena en el Congreso.

Sánchez Cordero llega al Senado para reemplazar en la negociación legislativa a Ricardo Monreal, a quien habrá que seguir muy de cerca para conocer cuál será su reacción.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.


manuelmejidot@gmail.com

* AMLO deja su seguridad a un chef: Álvarez Icaza

* En Chiapas nadie supo negociar con manifestantes

* Sánchez Cordero reemplazará en el diálogo a Monreal Ávila

Ayer, la seguridad del Presidente de la República estuvo en riesgo durante su visita a Chiapas, donde un grupo numeroso de inconformes, durante más de dos horas, impidió que la camioneta en que viajaba avanzara para ingresar a la Séptima Región Militar en Tuxtla Gutiérrez, donde ofrecería su conferencia matutina.

Durante ese tiempo, Andrés Manuel López Obrador estuvo expuesto a un grupo de personas molestas, enojadas, resentidas que al primer llamado, habrían causado cualquier destrozo, lo cual afortunadamente no ocurrió.

Aunque se informó que los manifestantes pertenecían a la CNTE, también participaron en el bloqueo personal de salud despedidos, familiares de víctimas de feminicidio, concesionarios del transporte público y normalistas. Cada uno con un motivo legítimo para expresar su inconformidad.

Lo grave, es que dentro del campo militar se encontraban los secretarios de la Defensa Nacional y de la Marina, mientras que personal de la Ayudantía intentaba proteger al Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Pero, ¿qué originó este conflicto? Primero, que en 2018 AMLO se comprometió con el magisterio a echar atrás la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, a cambio de nada, lo que permite a la CNTE agregar a diario nuevas demandas y peticiones.

En segundo lugar, todos esos asuntos no aparecen de manera espontánea, por lo que el personal de la Secretaría de Gobernación debió estar alerta de que eso podría ocurrir y debió negociar previamente para evitar una protesta de este tamaño.

Esta ocasión, la ahora ex secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, estuvo ausente, ni sus colaboradores supieron calmar el clamor que magisterial que lleva años haciendo de las suyas, principalmente en Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

El senador independiente Emilio Álvarez Icaza escribió en Twitter:

“La seguridad del presidente es un asunto de seguridad nacional. ¿De qué sirve traer como edecanes personales a los titulares de @SEDENAmx y @SEMAR_mx y dejar su seguridad en un chef? Y no, no hay comparación con Mandela o Gandhi. Ellos no promovían la polarización.”

COMIENZA LA SEGUNDA MITAD PRESIDENCIAL

Se aproxima la mitad del mandato presidencial de Andrés Manuel López Obrador, quien busca protegerse por todos los flancos, porque viene el periodo más complicado, no sólo en cuanto a la aceptación popular que tanto le preocupa, sino a las trabas que (mañosamente) pone la oposición con la intención de que el mandatario saliente se tropiece y, de ser posible, se caiga.

La renuncia de Olga Sánchez Cordero a la Secretaría de Gobernación revivió la “rumorología” que tanto gusta a los adversarios, pues aprovechan para señalar supuestos debilitamientos, confrontaciones o disputas al interior del equipo presidencial.

Lo cierto es que la ministra en retiro respondió a los intereses de AMLO en la dependencia: recibía y frenaba cualquier conflicto que le ordenaba e, incluso, lo cubrió de manera magistral durante las mañeras, cuando López Obrador se aisló por covid 19.

La ahora exsecretaria es una mujer en edad avanzada, que a la menor provocación evocaba el recuerdo de su familia y sus nietos, a quienes extraña, porque el tiempo que le demandaba Gobernación era demasiado. Empero, lo que minó su fuerza y aceleró su desgaste emocional fue, sin duda, la negociación para sacar la ley secundaria para la revocación de mandato.

Ante la ciudadanía Sánchez Cordero fue bien vista, pero también duramente criticada porque, a pesar de que recibía a las víctimas en el ex Palacio de Cobián, donde les ofrecía solucionar el problema, al paso de los días regresaban a exigir el incumplimiento de los acuerdos, porque la autoridad encargada no había respondido como la ministra en retiro se había comprometido, tal y como ocurrió ayer en Chiapas.

La crítica más fuerte vino desde el interior. Ella misma la hizo pública el 20 de octubre del año pasado, cuando se quejó que durante las reuniones de seguridad se respiraba un aire machista que hacía “oídos sordos” a sus observaciones.

Ahora, en el Senado, Olga sabrá imponer el orden en las acaloradas sesiones que prevén en el próximo periodo legislativo, porque los legisladores le tienen mucho respeto.

¿QUIÉN SE VA Y QUIÉN SE QUEDA EN EL GABINETE?

Hasta hoy, en el gabinete lopezobradorista han ocurrido 13 cambios en el primer círculo del gobierno federal, de los cuales siete fueron renuncias, cinco enroques y un despido, mientras que una decena de sus colaboradores aún se mantienen.

Quienes continúan son Marcelo Ebrard en Relaciones Exteriores; Jorge Alcocer, en Salud; Alejandra Frausto, en Cultura; Miguel Torruco, en Turismo; Luis Cresencio Sandoval, en la Defensa; José Rafael Ojeda, en Marina; Luisa María Alcalde, en Trabajo; Román Meyer, en Desarrollo Urbano; Rocío Nahle, en Energía y Víctor Villalobos, en Agricultura.

Todos ellos se han mantenido, algunos desde las penumbras del anonimato y otros en el mero ojo del huracán político, siempre resistiendo con su propia estrategia y a pesar del fuego amigo.

Quienes más llamaron la atención al irse tras mostrar diferencias con el proyecto de la Cuarta Trasformación, han sido Carlos Urzúa, de Hacienda, y Javier Jiménez Espriú, de Comunicaciones.

Con la llegada de Adán Augusto López, gobernador de Tabasco, a la Secretaría de Gobernación, se proyecta una administración con mayor capacidad de negociación porque él, a diferencia de Sánchez Cordero, es un hombre de política que sabe dar y recibir para lograr el avance de acuerdos legislativos, que tanto requerirá el Presidente de la República y su partido Morena en el Congreso.

Sánchez Cordero llega al Senado para reemplazar en la negociación legislativa a Ricardo Monreal, a quien habrá que seguir muy de cerca para conocer cuál será su reacción.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.


manuelmejidot@gmail.com