/ sábado 26 de octubre de 2024

Alianza PRI-PAN: ¿Necesidad o capricho?

Recién pasaron las elecciones locales y se desbordan las pasiones por la candidatura a la gubernatura del estado de Chihuahua. Andrea Chávez, senadora del estado; Cruz Pérez Cuéllar, presidente municipal de Juárez; Ariadna Montiel, secretaria de Desarrollo Social de la Presidencia de la República; Marco Bonilla, presidente municipal de Chihuahua; Alejandro Domínguez, presidente del PRI en el estado; y Tony Meléndez, diputado federal del PRI, se dejan querer. Además, cada uno traza rutas a su estilo para mantener su popularidad, ganar adeptos y permanecer en la carrera del 2027.

Todos tienen posibilidades de ser postulados de manera individual por su partido, y sólo dos por la alianza, si ésta se mantiene a lo largo de los meses. Para muchos, las alianzas son un capricho y un reparto innecesario de posiciones, entrega de cuotas de poder, factores que menguan la consolidación de equipos; caprichos costosos y nada más. Para otros, la alianza significa mantener el poder, ganar la próxima elección, consolidar un proyecto personal, continuidad y una entrega de gobierno sin sobresaltos.

La verdad numérica no miente: “La esencia de las matemáticas no es hacer las cosas simples complicadas, sino hacer las cosas complicadas simples”. Sin embargo, en ocasiones, los políticos no comprenden esta lógica, o la entienden y no la quieren adoptar. Solo hay que ver los resultados electorales de procesos pasados y los principales sondeos de las casas encuestadoras. Claramente existen distritos locales, federales, alcaldías y sindicaturas que el PAN no ganaría sin el apoyo del PRI y viceversa. Es aquí cuando la pregunta toma relevancia: ¿Capricho o Necesidad?

El fin de semana pasado circuló un sondeo de preferencias electorales de una casa nacional encuestadora, RUBRUM, donde situaba a la Alianza PAN-PRI y a Morena, PT y el Ecologista de México en un empate técnico. Esto encendió un foco rojo en ambas direcciones de estas dos alianzas.

En los chats, cafés, fiestas y hasta reuniones sociales surgieron varios cuestionamientos: ¿Qué pasaría si el Partido Acción Nacional va solo? ¿Si descuida la alianza? ¿Y si el PRI va solo? O, peor aún, alguien soltó un rumor: ¿Qué pasaría si el Revolucionario Institucional va con Morena? Sin duda, todos se preparan para cualquier escenario. Morena circula con naturalidad, en esa comodidad que le da el gobierno federal. Por otra parte, el PRI comienza a alistar candidatos en todos los municipios, en diputaciones federales y locales, en una construcción silenciosa que sugiere una participación sin alianza. Ya hay dos candidatos visibles a la gubernatura, y algunos se preparan en Chihuahua Capital, pensando en robar base o en anotar una carrera. Así es este juego, cambiante continuamente, igual que el béisbol.

La incógnita es qué hará el Partido Acción Nacional para mantener la alianza local y nacionalmente. Tal parece que no hay interés de la dirigencia nacional, lo cual se ha expresado públicamente, y a nivel local no se ven esas ganas, salvo por parte de sus principales candidatos, que mantienen una relación y comunicación estrecha con los líderes del tricolor. Aún falta tiempo, pero será interesante ver si los dos institutos políticos logran convertirse en un frente sólido que mantenga el gobierno del estado en 2027, un Gobierno de Coalición, o si optan por caminos separados. Por lo pronto, hay candidatos en todos los partidos y ganas también. No hay que dejar de levantar la mano.

ÚLTIMAS COLUMNAS